UN PASEO CON EL PENSAMIENTO
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Estamos frente a la Posada. Lo primero que percibe nuestra vista es una hermosa puerta de madera que aloja en sus alturas un pequeño tejadillo alumbrado por dos faroles de hierro forjado. La atravesamos y nos topamos con una amplia corralada de suelos de pizarra y ladrillos macizos dispuestos de tal forma que la pizarra dibuja una cruz simétrica y los ladrillos cuatro cuadrados custodiándola. Dos acogedores porches se sitúan en sus flancos, convirtiéndose en lugares perfectos para disfrutar de un buen refresco a lo largo del día o de las noches cálidas del verano. Estos porches eran las "socarrenas" de antaño, espacios de la vivienda que eran utilizados para guardar los útiles de labranza, el carro de bueyes, un lavadero para las ropas, aquellos fardos de alfalfa que no cabían en el repleto pajar, la caseta del guardián de la casa, jaulas de gallinas, conejeras, piensos, abonos orgánicos, rastros, etc., etc...
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| Porche de sillones negros
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| Porche de las sillas de Bambú
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A medida que nos vamos acercando a la puerta de acceso al interior del inmueble, nos percatamos de la presencia, en el lado derecho, de un pequeño despacho de planta cuadrada donde se encuentra una estilada mesa de madera del siglo XIX sobre la que se deja caer desde el techo una lámpara de araña de ocho brazos que ilumina la estancia cuando la luz que penetra por el pequeño ventanuco lateral no es suficiente. Dos hermosas vistas de la Playa de Santa Justa cuelgan de las paredes blancas, invitándonos a pasear por sus impresionantes alrededores.
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| Puerta principal, arcón,entrada comedor
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Estamos frente a la entrada principal. Visualizamos un arcón de madera en su lado izquierdo y, unos metros más allá, otra puerta, una mesa de mármol y hierro forjado, un asiento de madera y una ventana llena de cactus de flor rojiza. Estamos preparados para adentrarnos en los interiores de la Posada.
Alargamos la mano y, asiendo con fuerza la manecilla dorada de la doble puerta, la giramos con un suave golpe de muñeca para cruzar cautelosamente el umbral de la humilde morada. El primer impacto visual que recibimos es la majestuosidad de sus lámparas de decenas de hilos cilíndricos que cuelgan de ellas. A nuestra derecha observamos la presencia silenciosa de la chimenea, acompañando a un cómodo sofá junto con sus dos hermanos pequeños, los sillones de grandes orejas. Al fondo, la entrada secundaria que da acceso al parkin que está situado en la parte trasera de la Posada. A nuestra izquierda, pegado a la pared, se observa un aparador de caoba maciza del siglo XVIII que en sus días perteneció al Palacio de Villacarriedo y sobre el cual se alza un gran espejo. Todo esto y muchas otras cosas más reposan en unos suelos forrados de losas de barro de aspecto rugoso.
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| Salón con TV, presidida por una coqueta chimenea
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Avanzamos unos pasos hacia delante y descubrimos en el lado izquierdo una puerta de piedra en forma de arco, decorada por los brazos llameantes de un sol naciente. Es la entrada al comedor y, seguidamente, a la cocina. Aquí encontramos la pareja del aparador del salón junto con ocho cuadros que enmarcan lugares célebres de Cantabria, todos ellos dibujados a plumilla.
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| Entrada al comedor a traves del arco de piedra
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Finalizamos el recorrido de la planta baja y comenzamos el de la primera. Para ello ascenderemos por una escultural escalera de roble, la reina de la casa, alumbrada por faroles monacales que dejan escapar sus rayos de luz a través de sus cristales de vivos colores. Sobre un largo pasillo descansan ocho puertas que dan acceso a sendas habitaciones, todas ellas de diferente decoración. Una decoración diseñada al más puro estilo clásico:armarios, sillas, espejos, cuadros y cómodas a ambos lados de unas camas gobernadas por cabeceros de hierro forjado y vestidas con colchas de hilo. El conjunto se completa con unos baños muy coquetos, beteados con motivos florales.
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| Vista general de habitación doble.
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El recorrido finaliza en la segunda planta donde las cuatro habitaciones abuhardilladas invitan al descanso y a la tranquilidad. Sin duda alguna son las joyas de la posada y las más solicitadas, haciendo las delicias de todos y de cada uno de nosotros.
En definitiva, nuestra posada le permitirá disfrutar de sus vacaciones en contacto con la naturaleza y las formas de vida tradicionales de esta espléndida región; y encontrará tranquilidad, confort y un trato agradable y familiar en un marco de incomparable belleza.
Alojamientos Rurales de Cantabria. Turismo Rural en Cantabria.
Reservas en Posadas de Cantabria. Spanish tourism.
